que
recibí, hace tiempo, de mi abuelo.
Me
gusta estar allí; y a veces suelo
visitarla;
por irme del gentío.
que
mana entre las zarzas y las piedras.
Y
una casita oculta entre las hiedras,
que
abraza, con amor, un limonero.
y
una parra arrugada por los años.
Un
peral, un laurel, unos castaños;
un
nogal, y una planta de mimosa.
Una
estampa de paz maravillosa,
do
quisieran vivir los ermitaños.