Jalogüin
Por estas fechas, los niños
Se visten de draculines:
Capa, sangre, buenos piños
calabazas “jalogüines”
No soy erudito en cines
Ni tampoco un aguafiestas
Pero estas cosas funestas
Me tocan los “cataplines”.
Neologismo
En estas fechas de lutos
y recuerdos familiares,
os expongo en dos minutos
unas dudas singulares.
Si donde viven los vivos
se denominan: Viviendas;
donde descansan los muertos
¿Se deben llamar: Muertiendas?
Cara y caro
A qué colegio habrá ido
ese político caro
que con hiel y con descaro
solo sabe hacer partido
con palabras de ladrido
que incitan a la violencia.
Eso enaltece a su audiencia
que le aplaude sus rebuznos.
A mí, me dan repeluznos
Cuando escucho esa “elocuencia”.
Era una mora morena
con la mirada marrón
me molaba su melena
más que un meloso melón.
Moraba cerca del muro,
mirando hacia el manantial;
con un marido maduro
que no era el moro más puro
sino el mejor musulmán.
II
Mientras la mora amasaba
la masa del mazapán
un mozo, miembro mimado,
de la mesnada morisca,
mezclaba malhumorado
un buen montón de arenisca
moviendo con mucho mimo
una maza de metal
que le mandóle su primo
desde su Meca natal.
III
Allá por el mediodía,
cuando la mora rezaba,
un mozárabe mandaba
a un monje de la abadía:
Un mensaje manuscrito
que mismamente decía:
“Hoy en el minarete
de en medio de la mezquita
he escuchado murmurar
a un mujaidin que milita
en la madraza que está
junto a la puerta maldita:
¡¡Que malhaya sea y malsana
la melena y los mechones
que modelan los mentones
de las muchachas cristianas”!.
IV
¡Por Muza!, dijo el abad.
Mola mazo el mamotreto
que me ha escrito el del
turbante.
Le mandaré, Dios mediante:
Un maletín con millones,
un manjar de mejillones,
un moscatel de Alicante,
un marinero mercante,
y cien mil melocotones.
Se reunieron los caciques:
El de la luz y el del gas,
para ver si en un plis plas,
y sin pecar de paliques,
cambiaban el fielato
en el precio del recibo,
con el presunto motivo
del coste del emirato.
Pero en realidad querían
mantener sus beneficios,
a costa de sacrificios
de los que pagan el pato.
Y fijado el objetivo:
Contrataron al ministro;
y al que estaba en el registro
gestando el dispositivo.
Y más tarde decidieron:
Afiliar al tertuliano
ese que sabe de todo
y que conduce beodo
por la calle de Serrano;
y también al escribiente,
que se llama periodista,
aunque solo es un corista
del coro del presidente.
Y al director de una tele
privada y muy liberal,
donde ladra un animal
de locutor: Un pelele.
Y alguno quiso afiliar
A esa diosa que esta ciega
para que fuese colega
por si hubiese que pechar.
Se cumplió el imperativo
del grupo iluminador,
que era subir el valor
de la luz en el recibo,
sin que ningún colectivo,
elevase una protesta.
Porque si saca la testa
o se le ocurre intentarlo:
Como no pueda pagarlo…
le embargan hasta la cresta.
¡Por Dios don anticiclón!
que no venga filomena
porque sin luz y la pena
de ver tanta corrupción,
no tendremos cotillón
la próxima Nochebuena.
Un hombre malhumorado
por esta celebración
expresaba su opinión
sobre el hecho festejado.
Y con sorna preguntaba:
¿Qué tiene de
extraordinario
ser mujer, madre o
esposa?
No es para tanto la
cosa.
Eso es normal; es
palmario.
Yo soy hombre y yo no
tengo
ninguna fiesta en el
año
para exhibir el
tamaño
de las dotes que
devengo.
Una mujer que
escuchaba
las cuitas y las
sandeces
del que asina
murmuraba,
contestole al que opinaba:
Porque no te lo
mereces.




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